Blogoteca 20 Minutos

lunes, 29 de marzo de 2010

Cine de Miedo. (6). Hoy: "Maik, tienes que ver esto".

Esta socorrida frase se da cuando el que la pronuncia topa de bruces con una situación, una escena, un "algo" con lo que no acaba de comulgar; no se queda convencido del todo y, por tanto, solicita soporte técnico para dar fe (ante "notario") de que se encuentra, efectivamente, ante un hecho poco eventual y, de paso, constatar que su imaginación no le está jugando una mala pasada.
Para adquirir plena conciéncia de lo que estamos hablando, nada mejor que unos pocos ejemplos gráficos basados (como siempre) en hechos reales. Respetaremos, por tanto, en la mayor medida de lo posible, el lenguaje original de la secuencias expuestas; también nombres y lugares.

SITUACION 1.

LLega la madera al lugar de la masacre, todo lleno de sangre, visceras, tripas y todo el asco del mundo reconcentrado, vale. Los inspectores, con sus cafeses de plástico reciclable y su documentación colgando del cuello rollo cesei-efebei, con el vasileo y sus lupas de sol puestas, o sea, como wil esmit en "Dos Maderos Rebotaos". Y entonces sale uno de una habitación y le dice al otro:

- Maik, tienes que ver esto.
El Maik que se va para la habitación con cara de Dios mío qué mente enferma habrá podido hacer ésto, en que país vivimos, por qué lo permites tú que todo lo ves.
- ¿Qué ocurre Badi?
- Estos notas echaban la quiniela Maik.
- ¿Y? ¿Alguna huella?
- No. Que tienen 14 acertados mas el pleno al 15 que es el Mallorca-Barcelona, sabes.
- ¿Pero qué me estás contando Badi?
- Lo que yo te diga, nen. Con 9 variantes, encima. 5 doses y 4 empates.
- ¿Sabe ésto alguien más?
- No, pero espera que cojo una sabana y hago una canparta con las letras bien grandes.
- Puto Badi, qué cabrón eres. Choca esos cinco hijoputa.

SITUACION 2.

Una chica y un chico, enamorados (en principio), van para Albacete, y en medio del camino se paran, y coge el tío y se la...., y bueno, y eso, que se conoce que se han quedado sin gasolina y dejan la furgoneta en el arcén de la N-430. Dentro de la furgoneta se queda la otra pareja, la cual aprovecha la coyuntura para realizarse tocamientos mientras nuestros protagonistas van en busca de ayuda. Jiji, juju, a ver lo que haceis por ahí los dos solos, no tardeis mucho, etc., etc.
Caserón en medio de los áridos campos de Albacete. 52 grados el solano a las 15:30h. de la tarde. Las arañas por el suelo de puntillas, y los lagartos con gorras con visera con patrocinio incluido (Talleres Palomo) y gafas de sol. Hola, hola, hola, y que no contesta nadie. Solo se siente el ruido de un compresor, sabes, es decir, que alguien tiene que haber por narices. Se meten para dentro la casa. La chica es más audaz y desaparece tras la primera puerta. Y al cabo de un minuto escaso y aproximadamente 24-25 segundos, se oye:
- Maik, tienes que ver esto.
- ¿Dónde estás?
- Aquí.
Se guía por la voz y tras atravesar varias estancias decoradas con un gusto naif más que dudoso, la encuentra en lo que parece el salón-comedor.
- Hostia puta, ¿pero esto qué es lo que es? ¿y por qué me llamas Maik si yo me llamo Yak?
El comedor, a bote pronto, parece un Todo a Cién de los chinos después de un movimiento de tierras grado 7 escala Richter. Lleno, por supuesto, de objetos exóticos. Así, a bote pronto:
25 cabezas de esqueleto de jabalises. 422 huesecitos colgando del techo. 42 cabezas de esqueleto de vaca en las paredes. 27 frascos llenos de ojos. 34 frascos llenos de dedos cortados. Muchos llevan anillos. Un Monopoly. 4 estómagos de animal no identificado, loncheados y envasados al vacío encima de una mesa. 7 hígados a punto para rebozar. Al lado, un plato con huevo y otro con harina. Una Playstation 3 con los mandos y la caja del Singstar de Georgie Dann. Media pierna humana envuelta en papel de plata. Y luego, cuatro pares de bambas Naik, dos de Convers, cinco de Adidas y tres pares más de Vans a cuadritos, las bambas más feas del mundo. Una de las Convers todavía contiene dentro el pie. El tobillo no engaña. Y por último, un árbol de Navidad decorado con luces encendidas.

- Vaya putada.
- ¿Putada por qué, Yoselin?
- Ninguna de las bambas es de mi talla, capullo.
- Eh, eh, eh..., que tampoco tienes porqué rayarte conmigo, tía.
- Pues no me llames Yoselin, que sabes que no me gusta.
- ¿Y el arbol de navidad, qué?
- A mí qué me cuentas, pavo. Anda, deja de darme la brasa y cúrrate algo.

Tan tranquilos. Mirándolo todo. Con la parsimonia, liándose un canuto. Yo, personalmente, en cuanto veo la primera cabeza de jabalí..., vamos, es que adelanto al AVE camino de Alcazar de San Juán. ¿Como el chaval ese que vivía en Smallville?, pues lo mismo. O más rápido, si cabe. Pero claro, esta juventud, que se piensa que lo sabe todo. Con esos aires que me traen de sabiondos y ese pasotismo botellonero. Lo tienen todo hecho. Se despreocupan. Han crecido sin mamar unos valores fundamentales. Pues qué quieres, Josemanué. Total, que luego ya sabeis lo que pasa: que aparece el que estaba rebozando los hígados con un martillo de matarife en la mano, con pocas ganas de diálogo civilizado entre personas humanas, y entonces vienen las lágrimas.

SITUACION 3.

- Maik, tienes que ver esto.
- ¿Qué pasa ahora, Badi?
- Pasa que la vecina de enfrente se está despelotando viva.
- Vamos a lo que vamos, Badi, que tenemos trabajo aquí. ¿Has llamado a Bobi para las huellas?
- Maik...
- ¿Qué pasa?
- Que ahora se está tocando encima de la cama, por debajo las bragas.
- Maldito hijoputa de Badi, ¿quieres ponerte a currar antes de que llegue la cientifica?
- Maik...
- ¿Quéeee?
- Tienes que ver esto, muchacho.
- ¿Joder, qué pasa?
- Se está introduciendo un vibrator del tamaño de un pepino para ensalada allá por donde se supone que debería de amargar.
- Maldita sea, Badi. A ver!!!
Se asoma a la ventana. Tras unos instantes, se seca el sudor de la frente con un kleenex. Se gira para Buddy.
- Deja que piense. Esto es importante.
- Claro, Maik.
- A ver... ¿has guardado la quiniela, no?
- ¿Tú qué crees?.
- Entonces que le den por culo a todo. A la mierda Homicidios. Vamos a picarle a la del pepino.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Cine de Miedo. (5). Hoy: "Está infectado".

Lo habitual es decirlo cuando el que ha pringado está durmiendo, inconsciente o en un estado comatoso tirando a vegetativo. Es decir, para que se me entienda bien: que el gorrión en cuestión (o gorriona) no está en ese momento para cavar a mano (pico y pala, mediante) unas pocas zanjas de miles de metros para canalizar energía eléctrica y garantizar el suministro a quien se haya quedado sin luz en el Norte de Catalunya por la nevada. No está el chaval para esfuerzos, vamos. Mala suerte. Habrá que llamar a ENDESA y que traigan unos generadores. Su estado es lamentable (el de las infraestructuras tras la prevista y no atendida debidamente nevada, también, pero eso es otro tema), y el pobre (o la pobre) hace peor cara que los pollos del Simago en temporada de rebajas. Es decir, la tragedia se masca por momentos. Tú, que lo estás viendo desde tu butaca, con tus palomitas y tu refresco, lo sabes. Yo, lo sé. Todos los sabemos!!!. Supongo que hasta aquí estamos todos de acuerdo, ¿no?; o sea, que vamos a lo de siempre: no-hace-falta-ser-Belén-Esteban.

En fín, el caso es que, mira tú por dónde, como en ocasiones anteriores, tenemos varias situaciones a analizar. Es por ello, que para conseguir una mayor precisión a la hora de diseccionar el tema de hoy, también voy a intentar concretar unos diálogos "tipo", basados (por supuesto) en hechos reales, absolutamente fieles al género, que todos vamos a reconocer en seguida y que, además, nos van a facilitar bastante el trabajo aliviando en cierta medida la profunda carga intelectual (y emocional) necesaria para estos menesteres. Del mismo modo, y como podreis observar, voy a ir poniendo también unos puntos y unas comas para que nadie se me pierda. Comencemos:

1.- PRIMER CASO. MORDIDO POR UN ZOMBIE.

- ¿Dios mío, qué le ha pasado?
- Le ha mordido uno.

Fijaos bien en el individuo/a que se está desangrando vivo (de momento, vivo). Tiene el cuello, el brazo o una pierna (tres zonas clave) que eso parece carne picada como la que venden en la carnicería de la Sra. Antonia para hacer hamburguesas. El tipo está, en definitiva, hecho un asquito. Bien, pues aún y todo, esa entradilla de arriba es como los condones: fundamental.

¿Por qué es necesario ese minidiálogo?. Fácil: por si hay algún tolai en la sala del cine, que todavía no se ha dado cuenta de que el pobre desgraciado, el de la carne picada, entiéndanme, no se ha hecho eso echándose una siesta encima de una motosierra talla XL en marcha. Es decir, para que nos quede claro, vamos. Me gustaría remarcar que esta entradilla, además, se nos ofrece viendo una peli de zombis y, que además, para más inri, de hecho, en el cartel de la peli sale un zombie, o sea que no hay trampa ni cartón: la peli no es de Odri Jerbur. Sí podría decirse que los "desayunos" forman parte del argumento, vale, y ya puestos, pues también los almuerzos, meriendas y cenas, según con el prisma que se miren estas cosas, eh, pero diamantes, lo que son diamantes, para el acompañamiento y tal, más bien pocos.

Ahora es el turno de otra pregunta 50 x 15, 250.000 euros en juego y sin comodines:

- ¿Se pondrá bien?

¿Tú qué crees pablito? ¿Te pondrás tú bien de la cabeza algún día, hijo? Mira, espérate a ver, espera que echo los huesecitos de murciégalo (siempre los llevo encima, tú tranquilo) al suelo y a ver qué me dicen, eh. ¿Pero cómo que qué le ha pasado si sabes que hace 5 minutos hemos estado rodeados por 2.346.750 zombis? ¿Acaso eso parece un corte con la Gillette afeitándose? ¿Lo has visto afeitándose hace 5 minutos ahí fuera? Métete en el microondas y cuécete 10 minutos, haz el favor.

Insistimos: el tipo está hecho una putísima mierda. Es un surtidor de sangre. Un donante con prisas, para que nos entendamos. Es el espectáculo versión humana de la fuente esa tan grande de Las Vegas, pero en color rojo. Y además con tropezones. El típico tío tirao en el suelo que le forman el corrillo en la calle y el más avispao dice: "Pero con qué se ha dao el muchacho?".

Entonces el doctor (porque resulta que siempre hay un Emilio Aragón de "Médico de Familia" cerca) le responde que no lo sabe. "¿Se pondrá bien?". "No lo sé". JA!! Que nadie dude que en el fondo el cabronazo ya está pensando en cómo cargarse al tipo de la cara de pollo de Simago antes de que pida mousse de cerebelo con un ansia cansina y tengamos un malentendido. En fín, procedimiento rutinario en estos casos: el doctor le abre los ojos (que están, o bien del revés o bien con la retina nublada, como ya sabeis) y le toma el pulso.

- Doctor, doctor ¿Qué le pasa en los ojos? Parecen cataratas.
- No lo sé, Güendolin, no lo sé. No le encuentro el pulso.
- ¿Y qué tienen que ver las cataratas con el pulso? ¿Eso es que se va a morir doctor?
(ahora viene la frase estelar en cuestión)
- Creo que está infectado.
- ¿Entonces eso quiere decir que se va a morir?
- No, espera que lo piense..., eso va a ser que es que van a confluir las fuerzas vivas del Universo y de todos los seres vivos aquí, ahora mismo, y se va a convertir en SuperSaiyán de 4º Nivel. Igualico que el Son Goku.
- Alabado sea el señor!!! Dios existe!!!
- Puede ser, Güendolin, pero el día que tú naciste estaba de vacaciones en Phuket follándose a algún travesti.

A partir de aquí la suerte está echada y uno, en el cine, solo espera el momento en el que el infectado acaba violentándose: "ESTOY HASTA LOS HUEVOS DE QUE ME LLAMEN A CASA A LAS 21:00H DE LA NOCHE PARA QUE ME APUNTE A MOVISTAR!!!!!!" "Y NO!! NO QUIERO LA SUPERTARJETA DEL SANTANDER!!!" "OIGA!!! HACE YA 1 HORA QUE PEDÍ LA PIZZA, JODER!!!!!" "¿¿¿CUÁNTO DICE QUE VALEN LOS TOMATES...???. "¿Y LOS DE RAMA PARA UNTAR EN EL PAN? ¿QUÉ? YA ME VOY A CAGAR EN TUS....!!!!" "¿ESTÁ EL RESPONSABLE DE ENDESA? QUE SE PONGA!!!!".

2.- SEGUNDO CASO. MORDIDO POR UN VAMPIRO.

Aquí, de entrada, la gente que rodea al que ha pringado no se apercibe de que el afectado/a está pasando por un proceso chungo (complicado) digno de estudio científico y, para el cual, pocos remedios habían hace varios siglos que no comportaran un serio daño para la integridad física del enfermo (ahora tenemos montones de soluciones que no implican arrancar una cabeza de cuajo; entre ellas, una de las más efectivas sería poner la tele en la 1 a eso de las 20:00h.; con tanto horror y truculencia se le quitan a uno las ganas de ser vampiro cagando hostias). Total, a lo que íbamos, que como no hay picadillo para hamburguesas de por medio, pues no hay alteraciones nerviosas en el ambiente. Aún y así, algo se huelen. La chica, fina lo que se dice fina, tampoco parece, porque está tumbada en la cama, tras el cortinaje y el dosel, tiesa como la mojama seca, con una cara blanco nuclear como Iniesta después de comerse tres kilos de higos chumbos con tres litros de Cola-Cao. El Emilio Aragón de "Médico de Família" de turno le hace la inspección habitual en estos casos.

- No tiene pulso.
- ¿Tampoco?
- ¿Cómo que tampoco?.
- Hombre, es que hace un momento, más arriba, en este mismito capítulo, ha dicho esastamente lo mismo: que no tenía pulso.

En fín, que llega una de las frases históricas, míticas, FUNDAMENTALES, en las pelis de vampiros:
- Parece que le haya mordido un animal. ¿Ve usted estas marcas en el cuello?
- Pues sí. Pero a lo mejor (es un suponer, eh) es que se ha grapado sin querer con la grapadora.
- ¿En el cuello?
- Coño, ¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?, que decía aquel.

Luego el médico le mira la boca. Le levanta los labios hacia arriba.
- ¿Ve usted?.
- ¿El qué?
- Aquí. En las encías.
- Joder. Sí que es un poco dejadilla, sí, con el Licor del Polo.
- Los colmillos, hostia. Que pareces corki.
- Oiga, sin faltar, que yo a usted no le he faltado.

Le mira los ojos.
- Mmmm.., tiene las pupilas dilatadas.
- Disculpe doctor.
- Dígame.
- Que eso tiene una explicación. Hace un rato, antes de que su entendimiento se desvaneciera y, gracias a mi agilidad, mi prima cayera inerte en mis brazos, estuvimos tonteando un poco en el palomar, ya sabe, somos jóvenes en edad de merecer y..., bueno, también fumamos un poco. Pensé que le gustaría saberlo.
- Hachís?
- No, caballo.
Y entonces llega la sentencia:
- Lo siento, hijo. Clarimonda está infectada.
- Me voy a cagar en los muertos del padre mundina y su droja de mierda. Maldito caballo que corre por mis venas.
- Vigila tus modales, muchacho, y ata esa lengua en corto. No se trata de eso. Se ha infectado de algo mucho peor. De un vampiro. Tu prima se va a convertir en una nomuerta.
- Vale. Cojonudo. Lo que faltaba. El follar se va a acabar.

Le ausculta e inspecciona el pecho.
- ¿Es necesario, Doctor?
- ¿El qué?
- Tantearle los pechos de esa forma, jefe, ¿qué va a ser?
- Escuche, jovencito impertinente, ¿aquí quién es el médico emilioaragón que está inspeccionando?.
- Usted.
- Pues se me achanta la boca, ¿estamos?. Joder, tiene los pechos generosos y duros como el mármol. Y vaya pezones...
- ¿Será el rigor mortis, doctor?.
- Será.

3.- TERCER CASO. MORDIDO POR ALGUIEN (O ALGO) AL ESTILO 28 DIAS DESPUÉS, REC, SECTARIO RELIGIOSO ALTERADO, ILUMINADO TELÉPATA, ETC.

Y aquí tenemos la regla que marca La Excepción. Y no estoy hablando de los raperos, precisamente (un saludo para el Langui!!!; tú sí que eres un valiente). En este último caso que nos ocupa la víctima no está, ni durmiendo, ni inconsciente ni nada de nada. Todo lo contrario: se muestra hiperactiva.

- Mira el Josete como zumba el cabrón para pillar el 24. Si parece el hijoputa del kal luis.
- Ya te digo, pavo. Está así de espitoso desde que fue con su viejo a reformarle un baño a una abuela en las Ramblas hace unas semanas.
- ¿Y eso qué coño tiene que ver?
- Pues se conoce que por lo visto la abuela estaba infectada de algo, vale, entonces fueron el padre con el Josete para cobrar la última semana que les debía la vieja, y ya de paso, a recoger las herramientas. Parece ser que la abuela, en el último momento, se rayó mogollón por el precio total del cuarto de baño y se le echó encima al Josete.
- Hostia, nen. ¿Y por qué no ha ido al medico el gilipollas?
- Ea, porque dice que le mola, que nunca habia corrido así de rápido en su puta vida, y que además tiene un hambre descomunal, sabes. Que dice que ya no hace falta que fume porros para que le entren ganas de comer ni nada. Se come los chuletones recién sacados de la nevera el cabrón. Yo lo he visto y es una pasote. Y luego ésperate que tendrías que verle los ojos, eh. Impresionantes. Parece que lleve lentillas de esas de las películas. El tío parece el de los X-MEN cuando se quita las gafas laser que siempre lleva puestas, nen. Un puntazo el pavo. Igualito que cuando salíamos de los after cuando éramos jóvenes, ¿te acuerdas?, pero multiplicado por cien mil.
- Qué hijoputa. A ver si va a ser conjuntovitis de esa, tolai.
- O la gripe porkina vete tu a saber.


Shawn

- Tenías dos opciones, Shawn: una, pagarme lo que me debes, ahora, el día que acordamos, y dos, seguir moqueando como un niñato con la monserga de la tarjeta rayada, no abonar lo que debes, y, por tanto, incitarme a enviar a Louis y Mateo a que le partan las piernas a tu madre. Es sencillo, ¿no?.
-Signore Cassano, le digo la verdad, se lo juro, se lo prometo, por lo más sagrado, el cajero me ha rechazado la tarjeta y el banco estaba cerrado. Culpa mía por haberme confiado, lo sé, pero mañana se lo traigo. Por favor, se lo suplico, no me haga esto.
- Mañana es tarde, muchacho. Y mucho me temo, visto lo visto, que ya hace rato que también se hizo tarde para tu madre. Piensa, además, que soy una persona respetable que debe seguir haciéndose respetar. Sé que suena a película barata, pero la realidad es que tengo una reputación que mantener. ¿Puedes entenderlo?. Ah, qué va, esta juventud no comprende nada. Se pierden los valores. ¿Qué vas a entender tú? Solo pensais en fumar hierba y en haceros pajas. ¿Qué sabeis del compromiso y la honorabilidad?. Pedís y gastais sin conocimiento; nadie os corrige.
- Signore Cassano, por favor... es una persona mayor, no puede hacerme esto. Por favor, haré lo que sea, lo que me pida... Apiádese. Usted no puede ser tan cruel. Por favor, Signore, no meta a mi madre.

Se estiró cuan gordo era en su confortable sillón de despacho. Sus ojos parecían dos botones negros hundidos en una cabeza de cochino. Su puro humeaba en una de sus manos. Su pistola de gran calibre, sobre el escritorio de la recia mesa de madera noble. A su alcance inmediato.

- Shawn, muchacho, en los negocios no puede haber piedad, ni compasión. Y como te he dicho, debo mantener cierta reputación entre los clientes. Esto, además de tu propio escarmiento, también servirá como advertencia para todos. El boca a boca en este barrio funciona de maravilla. ¿Ves?, no hay mal que por bien no venga.

Dicho esto, miró a los dos mastuerzos a su servicio, hizo un leve, casi imperceptible movimiento de cabeza, y acto seguido, sin articular palabra, estos giraron en redondo y se dirigieron hacia la puerta.

- NO!!! NO LO HAGA!!!
- No te preocupes, son grandes profesionales. Fracturas limpias, ya verás. En unos meses estará bailando en el salón de Borsalino, rozándose con algún viejo chocho con ganas de arrimar la cebolleta.
- Mi madre no es de esas, Signore -le contestó el chico.
- La mía tampoco - contestó el hombre con sorna arrugando la boca.

Sacó una botella de whisky caro de un compartimento semioculto en la mesa tras la que manejaba, disponía y organizaba sus asuntos laborales de dudosa legalidad, y se sirvió una buena cantidad del exclusivo caldo.

- ¿Acaso no tiene ni una pizca de humanidad? - le rogó, Shawn -. Por favor, llame a sus socios. Dígales que vuelvan. Haré lo que sea, pero deje a mi madre tranquila.

Shawn no vivía más que a unas pocas manzanas de allí. Sabía a ciencia cierta, y por el tiempo transcurrido desde que marcharon, que los recaderos del Sr. Cassano ya debían de haber llegado a su casa. Su madre, como siempre, habría abierto la puerta sin atender antes la mirilla. Joder, joder, joder. Pudiera haber intentado apoderarse del arma, pero las posibilidades de éxito eran escasas. El cerdo seboso solo tenía que mover un dedo y él, en cambio, correr una maratón hasta llegar a ella. Tenía el estómago revuelto, y sus sienes, perladas en sudor. Cassano, mientras, jugueteaba con su grueso y arrabalero colgante de oro. Shawn no cejó en el empeño.

- ¿Es usted religioso, Signore Cassano?
- ¿Religioso?
- Sí. La cruz de su cuello...
- Esta es mi religión, chico - dijo echándose la mano a sus partes -. El colgante me lo regaló una novia que tuve hace tiempo. Tenía unas tetas como dos misiles y un coño que era una maravilla. Ese es el verdadero y único Dios de los hombres de bien, muchacho, un buen coño. ¿Qué dices a eso, eh?

Soltó una sonora carcajada y en ese momento llamaron a la puerta. Tres veces. Tres fuertes golpes. Shawn tragó saliva, pero nadie entró.

- ¿A qué esperais? Pasad ya de una puta vez que teneis al chaval en ascuas.

Volvieron a picar a la puerta. Tres veces más. Pero nadie pasó adentro a pesar de que la voz de Cassano se escuchó perfectamente. Llegados a este punto, el hombre dejó el whisky en la mesa, cogió el arma, le quitó el seguro, se incorporó, y se acercó con sigilo a la puerta; con la prudencia y desconfianza que solo se adquieren tras muchos años de duro trabajo en el negocio. Justo antes de llegar a tocar el picaporte alguien golpeó otras tantas veces y, acto seguido, la puerta se abrió de par en par con una fuerza inusitada y un estruendo enorme. Cassano no esperaba semejante muestra de violencia y, al recular hacia atrás de modo instintivo, perdió el equilibrio y fue a dar al suelo con todo su exceso de grasa rebosando bajo los faldones de su camisa blanca, sin tiempo para maldecir. En el umbral estaba la madre de Shawn. Llevaba una bolsa de plástico en cada mano. Chorreaban sangre.

- ¿Esto es suyo? - dijo con una voz gutural, hueca y profunda, al tiempo que vaciaba el contenido de las bolsas a los pies del mafioso. Dos cabezas humanas rebotaron en el suelo. Eran Louis y Mateo. Los chicos habían vuelto.

El Sr. Cassano no dudó ni un instante y le vació el cargador a la señora. Debido a la corta distancia que los separaban todos los proyectiles impactaron de lleno y la mujer no pudo evitar trastabillar un poco hacia atrás con motivo de la potencia con la que recibió los balazos, pero, ante la atónita y horrorizada mirada del agresor, no cayó al suelo. De hecho, se recompuso en seguida, se acercó al hombre, lo alzó del suelo con una sola mano sin apenas esfuerzo, como a un muñeco de trapo, y, con una velocidad y fuerza imposibles para cualquier ser humano, amén de una determinación y resolución espantosas, le reventó el pecho con la que tenía libre, introduciéndola en su cuerpo hasta la muñeca a la altura del esternón.
Cuando le enseñó el corazón, el Sr. Cassano aún estaba vivo. Cuando le hincó el diente, mirándo a Shawn de reojo con las pupilas incendiadas, brillantes, rabiosas, y la boca llena de afiladas agujas que hacían las veces de dientes, el que quiso dejar de estarlo fue el muchacho.

Tiró la gran masa de carne inerte a la otra punta del despacho sin desviar la mirada de su hijo, se puso inmediatamente a su altura, y, con aquella desagradable voz de sexo indefinido, le dijo:

- La próxima vez que me entere que faltas a clase, te haré tragar una cruz tan grande como la que tiene este cerdo, ¿Oiste, Shawnie?. Y luego, te la extirparé con mis propias manos antes de que te provoque una úlcera de estómago.

martes, 9 de marzo de 2010

Cine de Miedo. (4). Hoy: "¿Quién eres?"

La hemos visto todos alguna vez y siempre nos ha transmitido un profundo sentimiento de mal rollo a la par que provocado algún desarreglo en el bajo vientre. Por no mentar una gran desafección emotiva para con el director hijoputa de la pelicula, ojo. Y es que efectivamente, queridos amigos, estamos hablando de esa escena sin sonido o, en el caso de tenerlo, de escena con un básico efecto minimalista extraido de un sintetizador ochentero metido en una trituradora industrial, cuando el gorrión o la gorriona notan, por motivos que están lejos de nuestro intelecto terrenal, que no están solos, y se remueven visiblemente subiéndose la cinturilla del pantalón para tapar el tanga o, en el caso de él, recolocándose los gallumbos como Rafa Nadal. La presencia está ahí y tú lo sabes desde tu butaca porque todos los indicios apuntan a aparición estelar. Pero ellos no. Si acaso la intuyen. Ahora lo único que falta es que la cámara gire a la par que la cabeza del protagonista y nos la muestre, esta vez sí, en su máximo esplendor. A poder ser, lentamente. Para degustar el momento, eh.

En fín, que se gira el Rodri y la ve; con la cabeza ladeada y los pelos laaaaaaargos. Chorreando. Empapada de agua. En medio de un charco. Una chica desnaturalizada en camisón que hace aproximadamente (y esto es importante remarcarlo) 0,6345 segundos no estaba ahí. Ahí no había nadie hace 0,6345 segundos, señores, insisto. Y que encima te mira de abajo hacia arriba con un ojo todo del revés porque el otro está tapado por un flequillo kilométrico. Pálida nuclear (inglesa??). TE MIRA A TÍ. Con unas uñas con mas mierda que la cubertería de La Matanza de Texas. Laaaaargas y dejadas (estéticamente muy reprobables, la verdad sea dicha). Y esos dedos..., retorcidos como si le hubiera estrechado la mano a un potro de tortura; que yo no sé cómo puede esa mujer coger una cuchara o un tenedor con esos dedos, o currarse el cubo Rubik, sin ir más lejos. Arañando el parket, nuevecito de trinca, colocado hace apenas una semana en el piso, vale. 80 euros el metro cuadrado. El Parket. Traído expresamente de Suecia. Una fábrica que hay cerca del piso de Lisbeth Salander. Cortado a mano, colocado a mano, pieza por pieza, en tu pisito recién reformado. Reluciente. A punto de estrenar. Con todo el amor del mundo puesto en él. Con su cuarto de baño TimBurtionano y todo, y su cocina iluminada como el Cirque du Soleil.

- Oye, Francisquín, ¿esto es madera buena, no?.
- Mira.
- El qué?
- Ves este pelito bajo el pulimento..??
- Sí.
- Pues es de ardilla sueca.

Cagarse en los muertos de la chica esta de las extensiones y el ojo del revés es tontería. Podría reirse en tu cara.

Y espérate chaval, que esto no es un espíritu de esos de que flotan en el aire y se ve a traves de ellos como en Ghost, sabes. No, no, no, no.... qué va!!! OJALÁ!!! Esto parece de carne y hueso y, además, contra todo pronóstico, se mueve a cámara rápida como en los documentales sociales de hace un siglo, que parece la gente tonta perdida moviéndose por la calle, coño; de esos documentales en blanco y negro (o sépia) que dan ganas de darle una colleja a alguno y decirle: "tate quieto ya, joder, que me pones nervioso con la tiritera, hostia". ¿Como si le hubieran restregado un manojo entero de ajos por el ojete y unas pocas guindillas rabiosas? Pues por ahí van los tiros. Además, cuando se mueve hace un ruido así como de disco rayao, vale. Una especie de Chiquito de la Calzada, pero con mas reprís. Como un Vectra trucado saliendo de un semáforo, vamos.

A mi me pasa eso y qué quieres que te diga, chaval, me faltan piernas: los 100 metros en 6,5 segundos. Me corro las dos bandas del campo del Barça como Julio Alberto pero sin reconstituyentes nasales de por medio, sabes. Me zumbo el maratón de ida y vuelta y me da tiempo de darle dos pescozones al Gebrelaisse. Pero no, espérate, que siempre esta el Leif Garret de turno, que en lugar de eso se queda todo pillao y que te va a decir (aquí viene el quid de la cuestión): "¿Quién eres?".

Tu prima la del pueblo. Que pareces corki!!!!! Anda ve y ofrécele un cigarrito. Éntrale que esa cae fijo. Mira cómo chorrea. Está muerta de frío, la criaturica.

- ¿Tú crees que está muerta, Rodri?
- De frío, seguro, nen.

Que quién eres, dice el colega...
(pero bueno..., que esto es lo que tiene haber visto demasiados partidos de fútbol en Antena 3; tampoco hay que ser tan cruel)

Y la de los pelos anti-Pantene que se mueve para él, mirándole con el ojo tres cuartos fuera de la órbita, con muy mala cara, como si llevara sin hacer de cuerpo no menos de cuatro semanas, sabes. Una cara con muy mala folla, vale. Exagerado. Una especie de..., de...., no sé..., de no me toques los ovarios hijo de puta que me ha bajado la regla coagulada (lógicamente, por otro lado, ¿no?) y me duele la cabeza. Que ahí es cuando tú podrías decir: "no te va a doler so hija de perra, si la tienes abierta, con un boquete que me cabe la mano entera...!!!".

¿A ver si va a ser por eso que (es un suponer, cuidao, eh)...., que la tía mal follá esta te está rayando el parket nuevecito? Es decir, ¿a mí me ha bajado la regla coagulada y tengo migraña?, pues yo te jodo el parket porque llevo un mal día.

- ¿Tú crees que puede ser por eso, Rodri?.
- Hombre.., yo tuve una novieta que cuando le daba la migraña se le ponían los ojos más o menos así.

Espabila, coño!!!. ¿Pero cómo que quién eres? ¿Pero es que no ves ya de entrada que a la pava esta algo no le rula bien? ¿PERO DÓNDE ESTÁN SUS PUPILAS, ALMA DE CÁNTARO? ¿DÓNDE?

El momento cumbre es que cuando la tiene delante suya, a dos centímetros de su boca, igual que la canción aquella que cantaba el Jesús Vázquez cuando nadie sabia que era un poco jula, y te quedas (se queda) con la copla de que la chica tensionada es, atención: CHINA-JAPONESA-TAIWANESA-COREANA-TAILANDESA, o vete tú a saber, porque como son todos iguales y andan cerca unos de otros, pues... (no es por hacer el chiste barato, joder, es que es verdad)

Ahí ya, hay una reacción. Y es que todos somos humanos y todos tenemos nuestros límites. A saber...: "¿Pero qué puta mierda hace la hijaputa china esta en Badalona, en mi piso recién acicalado de arriba a abajo, rayándome el puto parket? Me cago en todos sus muertos!!!!. ¿Pero esto es una cámara oculta o qué??".

Y luego, inmediatamente después, una indignación popular de estar por casa.
Claro, con esto de la inmigracion al libre albedrío que tenemos ya 400 millones metidos aquí!!!. Todo lleno de tiendas de Todo a Cién, de Todo a Doscientas, y de que te monto un bar gallego si hace falta con su pulpo a feira tres delicias!!!! ("¿que kiele bebel con el pulpo? ¿albaliño o licol de losas?"). Pues lo normal es que también se traigan sus jodidos espíritus chinos-japoneses. Si es que tampoco hace falta ser Sofia Mazagatos para verlo, joder. Así nos va.

- Francisquín, nen, ya estás tardando en llamar a un fontanero, sabes.
- Un fontanero para qué, joder!!! Pero mira cómo me está dejando el parket la hija de su madre!!
- Para que busque el pozo.
- ¿El pozo? ¿Pero qué coño pozo?.
- El pozo de donde haya salido, padre. Que esta no cabe en los bajantes, no me jodas.

Mecagondios, no ha podido salir del Alcampo o del Carrefour, que es donde todo el mundo va a comprar el agua como las personas normales, hostia puta, no, hombre, no, fijo que tiene que haber salido de un puto pozo. Ahora ves y aclárate con la tontaloscojones de la Amparo.

- Y esa quién es, Francisquín??.
- La Presidenta de la Comunidad.
- ¿La que quiere poner el ascensor?
- La misma.

jueves, 4 de marzo de 2010

Noche de Fiesta. (FÍN)

Perdí no menos de dos o tres kilos; los dos bocadillos de jamón, las dos litronas y el Chardú, todo. Chorreones de sudor caían por mi frente. Ahora bien, hay que decir que los perdí muy a gusto, las cosas como son. Más perdieron los espartanos, de todos modos, sabes, que no quedó ni uno de vivo para contarlo. Que les den por saco. Por gilipollas. Mucha gloria y mucha leche pero se les acabó el follar. Hay que ser necio. Pero bueno, que sea como sea, hay que reconocer que debajo de las faldillas los tenían bien gordos, eh, eso sí.

- Adiós, Pamela. Dios te bendiga entre todas las putas de Barcelona - le dije encaminándome a la puerta.
- Aaaay, paaapi, ¿pero a dónde vas, mi amool?. Tú tiéne que dejar la cuenta aquí, tú sábe. Son 100 euros, pero yo te lo dejo en 80, cariño, porque me has tratado con respeto.
- Pamelita, reina..., los novios se tratan con respeto. ¿Tú no querías ser mi novia?

La enorme negra me miraba con los ojos muy abiertos, sin saber qué decir. Desanduve mis pasos hasta la cama, la cogí por la barbilla, dulcemente, como en las películas de amor americanas, y le dije:

- ¿Desde cuándo una novia amante le pide lereles a su amorcito por unos revolcones?. ¿80 euros? - continué -. 80 pollazos te pegaba, princesa, puedes estar bien segura de ello. Pero va a ser que no.
- Papito tú no te méta en follóne, por favor. Yo te amo. Dáme los 80 éuro y yo te hago felí un ratito más de gráti, cariiiño. ¿Sí?.
- Tú también tendrás siempre mi amor, Pamelita; empinao, como Dios manda, ya sabes. Gracias por la oferta de todos modos, guapa. Otro día, si eso, vendré con una fiambrera y unas pastillas de vitaminas con Ginseng; mas preparado, en definitiva, para esa boca que tienes que quita el sentío.
- Pero paaapi.... ¿Tú me escribirás?

Me giré, salí por la puerta metiéndome bien la camiseta por los pantalones, que ahora me resbalaban por la cintura, y bajé por las escaleras que antes me llevaron al paraiso de la carne atusándome el cabello para estar presentable. En la barra estaban los chicos echándose unas carcajadas. Hacían cara de vicio y perversión. Todos con ojeras y gestos exagerados. Se les veía satisfechos a los muy cabrones..

- Qué pasa, artistas. Hoy vamos a dormir a gustico, eh. ¿Sí o no?.

Se reían los mamones y me daban palmadas en la espalda. "Eres un machote de la hostia, Chumoski", me decían. "El puto amo, nen", el Tirilla, con cara de adoración. "Qué pedazo de hembra, Chumo. Eres una puta máquina, nen", el Jose Luís. "¿Has podido tú solo?".

- No, he pedido ayuda a dos enanos que se encargan de tareas de soporte y mantenimiento al cliente. No te jode, Albertico; ya te vale, tío.
- ¿Y la chupaba bien, o qué?. Joder, Paquito, en el World of Warcraft serías el puto amo.

De reojo vi como se acercaban de nuevo los tres gorilones; esta vez acompañados de un señor con traje y corbata.

- Hola, buenas noches, caballero.
- Hola, buenas noches.
- ¿Es usted el de los bocadillos de jamón?.
- Sí, señor. Y el de las litronas y el Cardhú. Un poco reseco el jamón, por cierto, pero estaba sabroso - le dije, y acto seguido, mirándole fijamente a los ojos, añadí-. ¿Y usted es el que no quería subírmelo a la habitación?.
- Me dice la Srta. Pamela que no ha querido abonar la cuota por los servicios prestados.
- Los servicios prestados..., ya... De eso quería hablar precisamente con usted. Mire, si me hace el favor, espere un momentito, que ahora lo arreglamos.

Cuando eché mano al bolsillo los tres gorilones se pusieron en posición de defensa personal. Yo, muy lentamente, sin dejar de mirarles, la saqué y les enseñé el Nokia. Marqué un número delante de ellos. El mariquita de la barra había cortado la música del local. Silencio de escena tensa en una peli de Sergio Leone. El tono de llamada sustituyó a la samba para sátiros con cadenas y camisas desabrochadas y puso el toque Banda Sonora Original al momento. Me puse el móvil en la oreja muy despacito. Mis colegas estaban flipando. Todos callados. Sin decir ni mú. Alguien descolgó al otro lado de la línea. "Sí, dime". Pudo escucharse perfectamente. Entonces empecé a hablar sin apartar la mirada del señor encorbatado y los tres gorilones.

- Sí, hola. Paco al habla. Eso es, correcto. Sí, en la casa de putas. Luz verde, ¿no?. Sin problemas. Vale, perfecto. Sí, ok, ok. Cojonudo. Ole tus huevos. Vale, de acuerdo. Corto.

Me guardé el Nokia con la misma parsimonia con la que lo había sacado, vale. Igual que si estuviera enfundando un Colt 45. Sin dejar de mirarles. Y con un tono vasilón hasta la muerte, cogí y le dije al encorbatado, en primera instancia:

- Mire usted, Sr. Chisgarabí, que dice la Señora Teniente, que precisamente hoy, el Juez que nos lleva a la unidad está de guardia esta noche. Que si necesito una orden de registro la tengo en 45 segundos. Y, especialmente, que le pregunte a usted por la rubia delgaducha que se fue con el Jose Luís detrás de las cortinas hace una hora. Justo esa que se está metiendo una raya detrás del macetón ahora mismo. En fín, tonterías, ya sabe; que cuántos años tiene, que si están los papeles en regla, que si aquí se consume drogaína...

- ¿Me puede enseñar usted su documentación, por favor? - me dijo el notas con aire de sobrado.

Cogí, me baje la bragueta, me saqué el cipote, lo puse encima de una mesa que había al lado, entre dos cubatas, donde estaban sentados un viejales con una guarrilla, y le dije:

- De momento, esta, es la única documentación que tienes que ver. La que te va a dar por culo como me sigas tonteando, básicamente. Porque como te saque la otra, te juro por mi santa madre que tú y los gorilones dormís esta noche en el calabozo, y mañana en el trullo, en el mismo corredor donde pondré al mariquita de la barra que me ha sablao 50 leuros, o sea, en el de los mariconazos. Tú mismo, en 5 minutos tienes aquí a la brigada.

Los colegas, de momento, estaban respondiendo bien. Excepto el Tirilla, que tenía los ojos como el monstruo de las galletas (no sé qué hacer con este muchacho, la verdad). El encorbatado, como vio que no tituteaba, acabó pidiéndome disculpas, a regañadientes, pero no se fue muy lejos. "Tómese lo que quiera, caballero. Faltaría más". Así que le dije a la guarrilla de la mesa del viejales que dejara de manosearme el rabo, me lo guardé, y girándome hacia los chavales, les dije:

- Venid para la barra que nos vamos a tomar unos whiskitos de gratis. No -le advertí al mariquita cabrón-, de ese no. Saca el Lagavulin que tienes dentro de ese armarito, piratón.
- Chumoski, que nos matan - me dijo el Jose Luís por lo bajini.
- Tú tranqui y bébete el whisky. Y haz el favor de dejar las ventosidades nerviosas para otro momento si no quieres delatarte y que los inventores del Sudoku, es decir, esos tres de ahí, te deformen un poco.

Los gorilones no nos quitaban ojo. Así que les dije con la mirada a los chicos que espabilaran que había que irse cagando hostias. Nos bebimos en tres tragos 2 botellas de Lagavulin. Sin hielo. A palo seco. Y nos largamos sin mirar atrás.

Una vez dentro del coche el Tirilla le dio al contacto, pero antes de arrancar se giró hacia mí, aún con los ojos desorbitados.

- ¿A quién coño has llamado, Chumo..?
- A la Rosario. Mañana tendré que darle explicaciones. Pero ahora no pensemos en eso, Tiri. Ahora toca disfrutar, que la noche es jóven. Agila, nen, que los primos de King Kong están asomando la cabeza por la puerta.
- Gracias por los whiskazos, nen.
- Las que tú tienes, joder.Soltó una risotada, metió primera, dejó 1.000 duros de goma delante de la puerta del puticlub, y nos fuimos.

Todavía conservo en mi memoria la fragancia a Tulipán Negro.

FÍN.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cine de Miedo. (3). Hoy: "Siento una presencia".

Decidme si miento: es ponerse con la tabla Ouija a jugar al Trivial Pursuit, o entrar en un caserón con fama de podrido, incluso en el pisito de tu vida, 58 m2, superhipoteca 100% a 60 años vista, que te acaban de dar las llaves, vale, con unos acabados que acojonan mazo (literalmente), y, al poco rato, alguien tiene que decir la frase magica: "siento una presencia".

De-pu-ta-ma-dre, colega. Primero la PS3 reseteada por culpa del mes de Febrero, todo el historial de trofeos y logros a tomar por saco (perdí el supernivel de respeto perril y la categoría de Ultramago Maximum Erection; dios mío, vuelvo a ser un piltrafilla) y ahora esto.

De entrada, ya, el mal rollo en el cuerpo. Eso no te lo quita nadie. Y es que, si estás en un caserón podrido, tiene un pase porque bueno, es lo típico, no, es decir, no hay caserón podrido sin antecedentes criminales y delictivos de por medio, ya sean puntuales, ya sean reiterativos en el tiempo en base a una extensa historia de fenómenos paramilitares de esos, vale. Pero que estés en el pisito de tu vida, nuevo de trinca, con los plásticos puestos todavía en la mesa, en las sillas, en el sofá sin estrenar del IKEA, todo niquelado, y que te venga el mamón de turno a decirte que siente una presencia y que, no es precisamente una hemorroide rabiosa en su ojete, a mí que no me vengan con historias, nen, que eso raya cosa mala. Pero claro, como esto son cosas que no se pueden escoger (al igual que la família política), sino que le vienen a uno así, sin más, pues no queda otra más que joderse y, tirando largo, consolarse pensando que le puede pasar a todo hijo de vecino.

Luego, cuando nos hemos situado, y medio aceptamos el asunto con cara de no he acertado la Primitiva del Jueves porque en lugar del 36 ha salido el 37, en lugar del 24 el 25, en lugar del 6 el 7, en lugar del 43 el 44, etc, etc., entonces se hacen las preguntas fijas y estipuladas, al más puro estilo Test de Autoescuela, para este tipo de situaciones. Veamos:

1.- ¿Eres hombre? ¿Mujer? Si eres mujer: ¿estás buena?.
2.- Si uno es una miaja cotilla como mi vecina la del 1º 1ª, pues entonces vienen esas de: ¿te han asesinado? ¿y quien ha sido? (esta última siempre precedida de un "no me jodas!!") ¿y te dolió mucho? ¿estás sufriendo? ¿estás mosqueao? ¿te gustan los pepinos en Verano? ¿y los que se echan al gazpacho?.
3.- Las interesadas: ¿podrías decirme los números del Euromillón de esta semana? ¿y la Quiniela? ¿el cupón de la ONCE? ¿joder, te puedo pedir tres deseos, por lo menos, o qué?
4.- Y bueno, luego están las del palo mas intimo, vale, como por ejemplo: ¿Podré follarme a la Vane? ¿Se tragará la lefa? ¿Me dejará darle por el bul? ¿Y meterle el dedo? ¿Cuántos?.

De todos modos, a mí lo que más me pone, es esa brevedad tan sugerente y exótica, rozando lo místico, de la pregunta por antonomasia: ¿estás muerto?.

No, espera que no lo está, es que el vaso esta radioteledirigido a distancia, sabes. O eso, o imantado con el tapete de la mesa que lo ha hecho la abuela con ganchillo. Se conoce que la oveja de dónde cogieron la lana para el tapete era la más puta del rebaño, ergo, no era vírgen, tú me entiendes, y eso crea estática en el tapete, como en la televisión cuando un relámpago le mete un viaje a la antena colectiva, verdad, entonces a su vez, pues claro, es quitar los dedos del vaso y ya puedes observar como va a su bola. Sin cables ni nada. A lo Wi-Fi, vamos.

Otro detalle importante a tener en cuenta: la temperatura ambiente.
Un cosa te digo, y es que se conoce que ese frío que hace de sopeton no es que la calefacción esté jodida. No, colega no. Así que pasando tres pueblos de llamar al electricista, pavo. Ni-se-te-ocurra, que no van por ahí los tiros, eh. ESO ES LA PRESENCIA, chaval. O acaso tú has visto que cuando se vaya a aparecer un espíritu, ectoplasma o, simplemente, una imagen trucada de fotografía, en lugar de decir "hostia, nen, qué rasca que hace!!!", cojan y digan "Por favor..., qué calorina que hace, macho!!!", ¿verdad que no?, pues eso.


Y es justo que hace una rasca que te cagas (todos echándose los brazos a sí mismos; "Brrrr..., qué frío, qué frío!!!"), que el vaso de Nocilla se mueve solo, las ventanas se abren, tiembla el suelo, se balancea la lámpara, se caen los cubatas recién servidos, la botella de J&B también.... En fín, que hay variedad de efectos colaterales, vale, pero lo que es niquelado, lo que nunca falla, es que las velas se apagan. Eso fijo. Y ya te aviso de algo: te pongas como te pongas, no seas tonto gastando la chufa del Zippo, que se volverán a apagar.

"Siento una presencia", dice el listo de turno. Tú mirando para todos lados como un gilipollas diciendo para tus adentros "pues yo no veo nada, sabes, pero vamos, que sí que es verdad que tengo erizados los pelillos del escroto como puntas de clavo, las cosas como son, y que no me duelen prendas en admitirlo, ojo".

- No veas, nen, qué rasca hace. Tengo los pelillos del escroto como la cabeza de Pinhead.
- Pues haz como yo, gilipollas.
- ¿El qué? ¿Buscar la presencia?
- No. Depilarmelos con la Match Fusion, corki.

Entonces va un espejo bien grande, y revienta, de sopeton: CRASSSH!!!
El intestino gordo que te dice: chavalote que sepas que llevo algo mas que aire camino de la salida. Dos gotas de pipi se han escapado y echan a correr pierna abajo.

- Yo me abro de aquí.
- Estate quieto que si no la presencia se cabrea.
- Yo no le he hecho nada, nen.
- Eso da igual.
- Qué mal rollo me das, pavo.
- Que te estés quieto, te digo, que me ha parecido escuchar algo detrás de esa puerta.
- Me estoy cagando del jiñe (R.A.E. "jiñar"). Yo me abro.
- Si te vas la maldición te perseguirá a tí, a tus viejos, y hasta a tu prima la Yoli.
- Tú te flipas. ¿Y mis viejos que coño tienen que ver en esto, colega?.
- No lo sé, pero esto funciona así.
- ¿Y la yoli?.
- ¿Tu prima? Por guarra y por calientapollas. Menuda faena le hizo hace poco a un amigo mío. Y además que yo he visto una peli en la que el espíritu se follaba a la pava y ella no podía verlo, sabes.
- Ni yo tampoco pavo.
- Es que es una peli de hace veinte años.
- ¿Tú eres corki o qué te pasa? Te estoy diciendo que no veo ningun espíritu aquí, ahora mismo, joder.
- Que te calles la puta boca te digo, que noto una presencia, joder, o sea que estate quietecito y achanta la boca ya, que pareces un loro.
- Que voy suelto, cabrón.
- Pues te aguantas, pavo.

Cuando abre la puerta tras la que había escuchado el ruido, no hay nadie. Es el cuarto de los trastos de la limpieza y se caen encima de ellos los cubos y las fregonas mal colocados previamente justo para que armen un follón de tres pares. Ahí el intestino del Rodri, inevitablemente, deja ir unos primeros efluvios. Con silenciador. Un pfffffffff.

- Huele a muerto, Rodri, te lo he dicho, colega, es la presencia.
- Ya te digo, nen.

Y entonces, sí. Entonces eres tú el que nota que no estais solos, te giras a cámara lenta como Walker Texas Rangers (mítica patada con giro de 180º), y la ves, al fondo del pasillo. Con los pelos largos. Muy largos (no descartes que lleve extensiones) y desaliñados, un camisón que algún día muy lejano fue blanco, y con unas trazas, en general, como si se hubiera acabado de levantar de un coma después de un siglo. Su piel del color de las lápidas recién pulidas. Mirándote de reojo con la cabeza ladeada ("mecagondios..., me está mirando a mí???").

Es un momento, este, en el que, aún y siendo varón, escuchas una voz por lo bajini que te dice: "Hola, soy tu regla".

Noche de Fiesta. (Cap. 5)

Pamela estaba mirando para Cuenca. Y yo no sabia bien para dónde mirar. Era la primera vez en mi vida que un culo me cohibía un poco, lo reconozco. Pero resulta que no estamos hablando de un culo corriente, joder. Eso eran dos enormes pelotas de hormigón antiaparcamiento. Pintadas de negro, claro. Fíjate que abrí los brazos, en cruz, todo lo que dieron de sí, tú me entiendes, y todavía no podía abarcarlo como Dios manda. Eran dos montañas con un valle en medio. El triángulo trasero del tanga lo veía bien, en la conclusilla (por respetar la denominación original, ojo) del culo, pero luego, la tira del mismo, inmediatamente después se perdía en las profundidades abisales de esas dos grandes masas de carne compacta. Porque esa es otra: tras un primer contacto manual, pude comprobar, absolutamente incrédulo, que estaba duro como el mármol; y por si fuera poco, respingón. Me agaché un poco para ver dónde estaban las vigas de soporte y... NO HABÍA NINGUNA!!! "¿¿¿Pero esto cómo se aguanta, Chumoski..???". Cosa de brujas, estaba claro. Le di un beso con devoción a mi crucecita de Caravaca, me armé de valor y lo miré de nuevo en toda su extensión. Dos praderas oscuras que se perdían en el horizonte, divididas por el Gran Cañón del Colorado, me devolvían la curiosidad, desafiantes, así como diciendo: "a ver si tienes cojones de echarme cuentas".

- Pamela, ¿tú sabes que tu culo tiene un trabajo de tres pares de huevos, hija?.
- Jijijiji. - se reía la muy jodía.

- Mira, vamos a hacer una cosa. Tú quédate así quietecita, vale, porque yo para esto necesito coger fuerzas, comprendes. Me quitaste antes media vida, y te aseguro que no me voy a dejar la otra media en esta campaña. Así que vamos a estudiar la situación y a tomar las medidas oportunas, tú sabes lo que te digo, no.
- ¿Así estoy bien, paaapi?.
- Perfecta.

Cogí el teléfono y marqué la extensión correspondiente. La Supermulatona Atómica con el culo en pompa encima de la cama. El somier, con inquietantes quejas cada vez que la negra respiraba. Y en la tele, malas caras. Parece ser que el gigante calvo ese asexuado y el Jefe espartano (el de las barbas y la mala folla) no se han puesto de acuerdo.

- Ríndete, alma de cántaro. No sois más de 300, y nosotros un imperio de asesinos. Y además traemos elefantes, máquinas de guerra y todo tipo de jodiendas militares - dice el rey afeminado, con las cejas pintadas con Rotring para delineantes, todo él maqueado encima de su trono transportado.
- Tu puta madre, calvo maricón.

Lo dicho: se avecina un tsunami de hostias. Esto se pone interesante.

- ¿Sí? ¿Hola?. Sí, hola, buenas noches. Mire usted, soy el de la habitación de la Pamela.
- Hola, buenas noches caballeros, ¿qué desea?, ¿algún problema?.
- No, no, no..., ninguno, por el amor de Dios no se preocupe usted. Mire una cosa..., me va a hacer el favor de subirme aquí un bocadillo doble de pata negra con una litrona bien escarchadita, usted me entiende, verdad.
- Perdone, caballero, pero es que no tenemos servicio de comidas en las habitaciones.
- Ah, no lo sabía - le dije. A la par, me pareció reconocer un cierto deje aceitoso en la voz -Disculpe, un momento... ¿usted es el camarero que me ha soplado 50 leuros por un cubata y un Agua de Vichy?.
- Son las tarifas estipuladas, caballero.
- Bueno, pues mira una cosa que te voy a decir, vaquero... A mí es que me da absolutamente igual, vale. Ya lo ve usted. Cosas mías. Así que ya me te me estás espabilando cagando hostias y subiéndome lo que te he pedido, porque tengo encima de la cama un trabajo guapo pendiente de solucionar del copón y no quiero hacerlo esperar mucho tiempo, tú me entiendes, no. Te doy 10 minutos.
- Mire, señor, le estoy diciendo que...
- Que me importa una mierda lo que me estés diciendo, marinero. Ya han pasados 2 minutos. Bocadillo doble de pata negra. Si puede ser de 5 Jotas. Y la litrona, bien fría. Ahí me da igual que sea San Miguel, Cruzcampo, Mahou o la que sea. No importa mientras no sea Light o sin alcohol. ¿Estamos?.
- Oiga, caballero, tengo la sensación de que usted se está excediendo.
- Como baje para abajo y te ponga la placa en la frente y la pipa metida en la boca te vas a enterar tú de lo que es excederse, so gilipollas. Te voy a pedir toda la papela de las chavalas y como vea una sola que está de estranquis te doy una alegría metiéndote en el corredor de los maricones en la Modelo. Pobre de tí que me subas la cerveza caliente.

Dos o tres minutos después picaron a la puerta. Una chica muy guapa en paños menores aguantaba una bandeja con las dos manos. Dos bocadillos de jamón envueltos con servilletas, dos litronas sudando (con la escarcha chorreando) y una botella de Cardhú.

- Qúe aproveche, señor.
- Muchas gracias, bonita. Me vas a disculpar pero no llevo encima nada suelto más lo que estás viendo, que es lo que el Señor me dio en su gracia divina. Y ahora está relajado.

Me subí encima de la cama con la bandeja.

- ¿Quieres, Pamela?.
- No, gracias, cariiiiño.
- Bueno. Pues tú estáte quieta ahí un momentito, eh, tal como estás, no te muevas, que yo me ventilo esto en un periquete viendo acabar los 300, cojo fuerzas, que son necesarias, y en seguida yo te doy placer sexual asalvajao, tú sabes lo que te digo.

Ella seguía en pompa encima de la cama. No se había movido ni un milímetro. Yo comencé con el primer bocadillo. El jamón estaba un poco seco, para mi gusto, pero bastante sabroso. La cerveza estaba en su punto.

- Hay que ver qué huevos le echan los espartanos estos, eh, Pamela. Son 300. Y los otros, miles de facinerosos. Quédate con la copla que vas a flipar, nena. Se conoce que el calvo ese y el Leónidas (se llama Leónidas, sabes) se han dicho unas pocas cosas a la cara, vale. Tú verás la que se lía.
- Aaaaayyy, mi amooool, qué guaapo son los espartaaaano.
- Joder, Pamela, sí que eres golfilla, sí. ¿Serías capaz de follártelos a todos?
- Hooombre, si hay que hacer un esfueeerzo, tú sábe. Con esos cueeelpo que tienen, paaapi. Tú qué quiéeere que yo haaaga, chico.

La Pretty Woman, sabes. Ya ves.
En la tele dejaron a los espartanos como coladores. Había manchas de sangre en la pantalla. Los pusieron marcando el paso, nen. Solo faltó que les dieran por culo. Madre mía de mi vida qué destrozo más grande y qué pena para sus madres. Si es que hay que ser, con perdón de la expresión, un poco gilipollas, sabes. ¿Pero qué haces vacilándole al calvo heterogay con los 200.000 asesinos con que ha llegado, hijo mío?. En fín. Que para otra ocasión ya saben lo que hay.

Me comí el hasta el cuscurro del último bocadillo, le pegué un último y largo trago a la segunda litrona, me tomé tres whiskazos y, girándome para la Pamela, le dije:

- Ahora sí. Ya me siento en condiciones, guapa. ¿Vamos al negocio o qué?
- Váaaamo, paaapi. Que estoooy calieeeente.
- Ya. De ver tanto tío cachas, eh, Julia Roberts.
- Jijijiji.

Me coloqué detrás del inmeso trasero. El catre estaba cada vez más hundido por el peso. Abrí los brazos lo máximo que pude; como si fuera a hacer el salto del ángel, vale. Con el cuerpo bien saciado me sentía poderoso. Tenía, de nuevo, una tremenda erección y mis cojones, pegados al culo, volvían a brillar en su máximo esplendor como dos estrellas con luz propia. Se me marcaron los bíceps cuando, en primer lugar, abrí las carnes para localizar el objetivo. Luego, aguantando con una la separación de las dos pelotas de cemento negro antiaparcamiento, logré con la otra apuntar al gran asterisco estriado que tenía como ojete. Una gran estrella de David.

Estando mi verga bien apuntalada y la Supermulatona medio gimiendo sin que aún hubiera entrado en el Tunnel of Love, me tiré un sonoro pedo como los cañones de Navarone, solté un eructo como el ogro Shrek que le levantó el pelo de la nuca, me santigüé de nuevo con la mi crucecita de Caravaca, y le metí el ciruelón.

TO BE CONTINUED.

lunes, 1 de marzo de 2010

Noche de Fiesta. (Cap. 4)

Arriba había un largo pasillo lleno de puertas a ambos lados. Me metió por una de ellas a una habitación donde hacía mucha calor.

- Aaaaay, papiiito, solo tenémo esta habitación para nosóootro, mi amoool. Tiene el aire acondicionado estropeado, tú sábe. Espero que no te importe.
- No pasa nada, Pamela. Tú no te preocupes.
- Éeeere un duuuulce, chiiico. Voy un momentito al lavabo, ok.
- Aquí te espero, reina.

Me quedé en pelota picada y me eché en la cama. Crujió un muelle. Había un espejo enorme en el techo y una caja de condones encima de una mesita de noche. También el mando de la televisión. Conecto el cacharro esperando que salga alguna peli porno, para entrar en ambiente y eso, sabes, y en lugar de ello aparece en la pantalla un tío con barbas, vestido de romano o algo así, con muy mala leche, que coge y le mete un patadón a un negro bien vestido y lo tira a un pozo. Hostia, tú, esto me suena.

- Pamela!! - le digo -. ¿Cómo se le sube el volumen a la tele?
- Ya saaaalgo mi amooool.

Mira, nen..., cuando salió por la puerta del lavabo...

(Crom, dame fuerzas).
Todo ese conglomerado macizo de carne, embutido en un tanga blanco talla catapulta del Rey Saladino me miraba desde el dintel de la puerta. Con un sujetador transparente donde podrían columpiarse varios chiquillos a la vez que levantaba sus inabarcables mamas como por arte de magia. Me sacó la lengua lascivamente y se me puso el cipote como una longaniza imperial El Pozo. No, más aún: como un lomo ibérico embuchado de 5 kilos.
Hasta el Rey ese de las barbas, con su malafolla, en la pantalla, se giró para ver el espectáculo. No era para menos. Ella, a su vez, cuando vio mi pieza de charcutería en su máximo esplendor, abrió mucho los ojos y puso un "Oooooh, my God" silencioso en su boca de infernales labios (la belleza está en el interior, lo dicen mucho en La Bella y la Bestia). Le hice señas con la mano para que se pusiera a mi vera. Vino. Subió encima. La cama se hundió para dentro.

- Padrenuestroquestásenloscielosantificadoseatunom.. ..
- ¿Qué diiice páaaapi...?
- Bendigo los alimentos, Pamela.

Se reía mientras me acariciaba la verga con su mano en movimientos rítmicos y perfectamente acompasados. Apretando ligeramente.

- Llegados a estas alturas, hija, y como veo que estamos los dos así en plan sincero y cariñoso, quería decirte algo.
- Dime paaaapi.
- Yo tonto lo que se dice tonto, pues no lo soy, vale, pero resulta que yo no he tenido mucha suerte en el amor, Pamela, tú me entiendes. Me han hecho sufrir, me han engañado, y he soltado lágrimas en silencio muchas veces. Por eso, cuando ahí abajo me has tratado tan bien, tan cariñosa conmigo y con tanta educación, pues...., bueno, que no te voy a mentir si te digo que antes me había hecho alguna ilusión.
- Aaaaay, mi amooool...., tú no llore.
- Es que me emociono, Pamela.
- Éeeeere un niño bueeeeeno y me guuusta mucho.
- También quería decirte otra cosa.
- Diiiiiime.
- Me estás arañando el cipote con ese anillo tan gordo. De arriba a abajo.

Paró. Se quitó el anillo. Me cogió un dedo y, haciendo el gesto como si me lo fuera a poner, me dijo:
- Si tú quiére yo puedo ser tu mamiiiita - me dijo poniéndome un tetón encima -. Tu nóoovia, ¿sí?.

Sería todo lo reputón que fuera, pero tenía buen fondo. Siempre lo he dicho: lo cortés no quita lo valiente. Así que me sequé una lagrimilla y le dije:

- Hombre...., así a palo seco, no sé... Mira, hagamos una cosa, tú me vas haciendo, con tu permiso, eh, y con educación (esto siempre por delante), una limpieza de sable, vale, y yo me pienso lo otro. ¿Qué te parece?.
- Paaaapi, yo solo quiéro haceeeerte felí, cariño, ya tú sáabe.

Dicho esto se puso de rodillas en la cama. Posición succionadora. Los muelles chirriaron como un gato pisado. Cuando se metió media longaniza en la boca, del tirón, y me pegó el primer repaso, se me rizaron los pelos del culo.

- Con cuidaico, Pamela, con cuidaico, hija, que no hay prisa. Así, eso es. Muy bien, reina.

"Espartanoooooos!!!", decía el gachón en la tele; El de las barbas, con el pecho romano para fuera, sabes lo que te digo, no. Estaba calentando a la peña como si fueran a jugar la final de la Champions. Todos con las lanzas al aire. Como yo, vamos, más o menos. "La gloria os espera!!!!".
Ni que lo jures, nen, pensé.

- Pamela, despacito, hija. Uuuff.

Me estaba sacando la vida por el bujerillo del nabo. El ectoplasma, sabes (que es una palabra que aprendí cuando vi de chico los Cazafantasmas). Se metía todo el miembro en la boca. Desde la punta a los cojones. A una velocidad de crucero de unos 20-30 Kms/h. No había visto tanta hambre junta en años.

- Pamela...
- Quémmmmpasssa mmmmi ammmmooooool....
- Nada, nada malo. Ay, ay... Sigue, guapa, sigue. Que es que no veo muy bien la tele, vale.

Su gigantesco culo negro, en pompa, me tapaba un cacho de la pantalla.

- Ponte a un ladico. A ver si puede ser... Eso es, así. Que resulta que ahora se van a meter de hostias los espartanos estos en la playa con los de la calle de al lado, sabes. Uuuuuffff...., nena. Así, muy bien. No te muevas. Así. Ya está, perfecto. De puta madre. Mmmmmhh...., eres una fenómena.

Cogí el móvil de la mesita de noche y le grabé un vídeo furtivo mientras devoraba mi miembro, para la posteridad. En la tele los espartanos colocaditos con sus escudos, todos a una, en formación, vale, listos para repartir galletas. Qué cabrones. Ahora que esos que vienen por la playa..., al loro, eh, que no vienen a lucir modelito, sabes. Y anda que son pocos. Verás tú la que se lía. Y qué calor hacía allí dentro, por Dios.

- Ves con cuidadín, Pamela, que se mueve mucho la cama, hija, a ver si no resiste y nos vemos dando las buenas noches al piratón que teneis de camarero en la planta baja. Tú despacito, hermosa. Despacito. Eso es. Cojonudo. Des-pa-ci.... Cuidado...., cuidado, cuidado, cuidado, cuidado que....

Se me pusieron los ojos del revés y casi me desmayo. No dejó ni una gota. Me entró una flojera en las piernas que para qué. Me chirriaban los huesos de las rodillas. Me eché para atrás en la cama y me miré en el espejo del techo. Estaba pálido y tenía ojeras. Casi me quita la vida. Si es que con ese ritmo es imposible. Y mira que yo estoy viendo la peli, primero porque distraes la mente y así aguantas más el tirón, vale, y segundo porque es un peliculón de la hostia, sabes. Pero una limpieza así, eso no hay Cristo que lo aguante. Bueno..., Cristo en concreto igual sí. Y si no fíjate el calvario que pasó el tío.
Hostia puta, si me pega dos chupadas más me saca el líquido de la columna.

- Ay, paaapi, ¿tú estás bien?
- Vamos tirando. Pero mira, ponte tú ahora, eh, porque yo tengo un endebilitamiento muy importante, vale, y ya después si eso yo te cubro como Dios manda. Pero ahora, de momento, túmbate tú si eso, gorriona.

Se tumbó todo lo enorme que era y ocupó toda la cama, pero del revés, con la cabeza en los pies de la cama. Despatarrada por completo. Acto seguido metí mi cabeza entre sus muslos. Con un ojo en el túnel del Cadí y otro en la tele.

- Oye, Pamela, ¿y esto a qué huele?.
- A Tulipán Negro, mi amoool. Bien limpico, tú sáaabe.
- Ah. Pues huele rico, oye.

Me quité las lentillas para que no sufrieran ningún accidente, las dejé en su cajita, y venga, vamos al negocio. Tras apartarle los labios con las dos manos como quién aparta el follaje en la selva empecé a trabajarle el clítoris. Digo clítoris por decirlo de algún modo, porque eso más que clítoris era una ciruela, vale. Pero no el hueso, no, que también, ojo, de lo rechupao que debía estar, yo hablo de la ciruela entera, no nos confundamos. Todo iba proporcionado. No era un potorro común. Por eso, en un principio, eché de menos mi GPS (que esto es otra movida que ya contaré) para orientarme dentro. Era un coño sin límite de altura para camiones, tú me entiendes lo que te digo. Con cambios de dirección, rotondas..., de todo. Exagerado.
Con el removerse del gustirrinín Pamela me aprisionaba la cabeza con sus muslos y no me enteraba muy bien de lo que estaba diciendo el mariquita gigante y calvo, el enemigo de los espartanos.

- Hazme el favor, reina mora, ábrete un poquito más de piernas porque me estoy ahogando con la calor que hace y luego resulta que tampoco escucho lo que dicen esos porque me tapas las orejas. Gracias, guapa.

Lo intentó, pero ahí había carne para que el de la Matanza de Texas hiciera kilos y kilos de morcillas y chorizos frescos para la barbacoa. Finalmente cuando se corrió, entre alaridos de placer y súplicas para que le metiera no sé qué, hice el gesto de apartarme para no morir ahogado, pero no fui ágil y acabé bautizado cristianamente.

- Abre la ventana, chocho loco -le dije, mientras me secaba la cabeza con una toalla.
- Aaaayyy, yo lo siento mucho mi amoool.
- No pasa nada, Pamela. Son gajes del oficio. Además se me había ido ya el efecto mojado de la gomina. ¿Tienes un peine, por cierto?. Así aprovecho.
- Papi, yo te decía que no hay ventáaaana.
- Apañaos estamos.

Me miraba con sus grandes ojos fijamente.
- ¿Qué te pasa?. Si es por las ventanas, no pasa nada que yo aguanto lo que haga falta. Ya lo has visto.
- ¿Papi, tú quiére que yo sea tu novia así como en Pretty Woman?
- ¿Pretty Woman? Pero es que la de Pretty Woman era de Cuenca, hija. ¿Tú sabes dónde está Cuenca?
- No.
- Bueno, es igual. Yo te lo explico. Mira, tú tienes que ponerte ahora como si se te hubiera caido un billete de 100 euros al suelo.
- Bueno, paaapi, ¿pero tú quiére que seámo nóvio?

(TO BE CONTINUED)